Viajar implica movimiento. En todos los niveles. Obviamente, el físico. Pero quizás, el más importante: el mental.
Viajar es desplazar tu mente, a otras formas de vida, a otras culturas y creencias. A otras formas de entender el amor, la amistad, la gastronomía, el trabajo, la naturaleza, los juegos, la infancia, los bailes, la política, el universo…Todo.
Es un movimiento tan completo, y tan transformador, que la única parte que regresa a casa, es la física.
Tu mente, siempre permanecerá en cada parte de aquello que aprendiste, de aquello que viviste, y de esas otras vidas, que a partir de ese instante, empezaron a formar parte de la tuya.
Porqué, ¿qué son sino los viajeros, más que una suma de todas las vidas que han hallado en cada viaje?